Inicia un nuevo año, y con él, probablemente una buena cantidad de nuevas metas, o viejas metas recicladas, o una combinación de ambas. La literatura de psicología positiva, auto ayuda, prosperidad, etc. indica que debemos ser positivos, visualizar el resultado final, no desfallecer, y hasta en algunos casos, “declarar” que ya obtuvimos lo que no tenemos ni la menor idea de cómo llegará a suceder. El positivismo en exceso puede ser dañino y contraproducente.
¿Qué tal un poco de realidad, mejor aún, un poco de pesimismo y negativismo? Como diría Oliver Burkeman contrarrestar “la inspiración con el argumento” (Burkeman es el autor de “The Antidote: Hapiness for people who can´t stand positive thinking”, una de las referencias que usaremos en el blog de hoy).
Déjenme contarles la historia de dos esquinas. Una está en San Francisco de Dos Ríos, en las afueras de San José en Costa Rica. La otra está en Lowell, Massachusetts, exactamente al pasar el puente de la Universidad de Massachusetts sobre el Río Merrimack. De adolescente vi abrir y cerrar al menos diez negocios en la fatídica esquina de San Francisco, y como estudiante de UMass vi varias cafeterías, una floristería, una tienda de no recuerdo qué, y más cafeterías desaparecer más o menos cada 4 meses allá en Lowell. Y siempre me pregunté ¿qué hace creer al nuevo aprendiz de emprendedor que su negocio sí será exitoso? Algo en común en ambos casos, mucho tránsito pero cero espacio para estacionar. Un positivismo más allá de lo sano cegó a los micro-empresarios, ticos y gringos, en este ejemplo.
La investigación científica seria concluye, según Burkeman, que la principal causa de inseguridad, incertidumbre, fracaso y tristeza viene del constante esfuerzo por tratar de eliminar la inseguridad, incertidumbre, fracaso y tristeza. El camino alternativo hacia la felicidad implica aprender a disfrutar de la incertidumbre, acoger la inseguridad, familiarizarse con el fracaso, en resumen no huirle a las emociones negativas. Lejos de ser una invitación a la depresión y desesperación, el pensamiento negativo debe ser tomado como un contrapeso, un balance ante el positivismo desmedido.
Nosotros, la gente de la calidad, la excelencia y la mejora continua, tenemos entre nuestras herramientas varias dedicadas al tema de lo negativo. La más sencilla es la siguiente forma del Diagrama de Contingencias. Cuando haya definido un proyecto (generalmente sesgado por el optimismo) incluya el siguiente ejercicio: cambie el objetivo (obtener el éxito) por el contra-objetivo (fracasar miserablemente) y luego haga una lista de todo lo que tiene que hacer para fallar. Defina acciones para contrarrestar todo lo que le salga en la lista negativa. Es sorprendente la cantidad de cosas que salen que nadie había tomado en cuenta. Como ejemplo una empresa de software me pidió que les revisara el plan de mudanza a su nuevo edificio. Solamente querían ver que no habían dejado ningún detalle por fuera. En lugar de revisar su plan los invité a una reunión de 45 minutos y les pedí que listaran todo lo necesario para que la mudanza fuera un lío. Encontramos 28 razones para no iniciar labores en las nuevas instalaciones, y de esas 27 no habían sido tomadas en cuenta en el plan inicial. Se tomaron las medidas del caso y el traslado fue un éxito.
El gran entrenador y maestro de Basketball, Bobby Knight, exitosísimo en sus años como coach de la Universidad de Indiana y la selección olímpica de los Estados Unidos, agrega: “Poner atención al lado negativo es una cualidad difícil pero esencial para alcanzar el éxito en el largo plazo en cualquier ocupación o situación familiar.” Knight, conocido tanto por sus logros como por su temperamento explosivo resume la importancia de estar siempre pendiente de lo que pueda salir mal en su libro “The Power of Negative Thinking: An Unconventional Approach to Achieving Positive Results”. El problema, según él, es la tendencia al optimismo desmedido que hace que la mayoría de las personas sobreestimemos nuestros prospectos de éxito profesional, salud, logros personales, etc.
A ver, a ver, la felicidad, el éxito, alcanzar las metas que nos proponemos, son fundamentales para ser mejores. Todos debemos tener metas y visualizarnos alcanzándolas. Pero una estantería llena de libros pseudocientíficos y adormecedores, o un gran discurso de un motivador profesional con musiquita de fondo y videítos tiernos, no son suficientes. Hay que trabajar duro, sin garantías de que el universo esté a mi favor. No todo será bonito, habrá momentos duros, habrá sacrificio, habrá que hacer ajustes en el camino.
Bienvenidos seamos todos a este nuevo año 2019. No le huyamos a lo negativo, es parte elemental de la vida, del crecimiento y del logro.