En el libro El Héroe de las Mil Caras (The Hero with a Thousand Faces, 1949) el mitógrafo Joseph Campbell trata el tema del patrón narrativo del viaje de todo héroe hacia su victoria particular. Según Campbell este patrón se repite en todas las historias, leyendas, mitos y religiones del mundo. Absorto en la lectura de este libro me encontré no uno sino dos ciclos a los que apunta el autor y de inmediato lo comparé con el ciclo de Shewhart PHVA (Planear – Hacer – Verificar y Actuar). El patrón del héroe mitológico es el mismo patrón del héroe Kaizen, desde el problema hasta la solución. Va este homenaje al gran héroe Kaizen, el protagonista y el intérprete por excelencia de la mejora continua.
La tríada de aventuras (el primer ciclo)
El héroe pasa por una serie de aventuras resumido en el ciclo: Separación – Iniciación – Reporto.
El héroe Kaizen se aventura desde su mundo del día a día hacia una región supernatural (separación), encuentra fuerzas fabulosas en su contra y gana la gran batalla (iniciación), y regresa de su aventura con nuevos poderes para compartir con sus semejantes (retorno).
Tomar un proyecto de mejora, y afrontar la métrica base del problema (separación), encontrar las causas raíz y ejecutar las contramedidas (iniciación), estandarizar la solución para toda la operación (retorno). Verdaderamente la mejora continua es una aventura sin fin de proporciones monumentales.
Los doce estados del viaje del héroe (extensión del ciclo o segundo ciclo)
Frodo en el Señor de los Anillos, Katniss Everdeen en Los Juegos del Hambre, Luke Skywalker en la primera parte de la Guerra de las Galaxias y Rey en la nueva trilogía de la misma saga, y usted amigo o amiga ingeniero de mejora, de proceso, de calidad, green belt, black belt, ha pasado por doce fases en su viaje de mejora.
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Campbell nos ilustra sobre el inicio del periplo del héroe:
“La primera fase del viaje mitológico – que hemos designado “la llamada a la aventura” – significa que el destino ha convocado al héroe y transfiere el centro espiritual de gravedad desde la base de su sociedad a una zona desconocida. Esta región fatídica de tesoros y peligros puede ser representada de diferentes maneras: una tierra distante, un bosque, un reino subterráneo, bajo las olas, o en el cielo, una isla secreta, una montaña elevada, o un estado de sueño profundo; pero es siempre un lugar de seres extrañamente fluidos y poli formes, tormentos inimaginables, hechos sobrehumanos, y delicias imposibles. El héroe puede partir por su propia voluntad a lograr la aventura, como lo hizo Teseo cuando arribó a la ciudad de su padre, Atenas, y escuchó la horrible historia del Minotauro; o puede ser llevado o enviando al extranjero por algún agente benigno o maligno, como Odiseo, conducido alrededor del Mediterráneo por los vientos del enojado dios Poseidón. La aventura puede iniciar como un mero error, como las princesas de los cuentos de hadas; o si no, uno puede estar paseando casualmente, cuando algún fenómeno pasajero capta el ojo errante y lo aleja del camino frecuentado por el hombre. Los ejemplos se pueden multiplicar, ad infinitum, desde cualquier esquina del mundo.”
Salud a todos los héroes y heroínas del Kaizen, que la aventura del mejoramiento continuo los lleve a la excelencia y que sus procesos, sus departamentos, sus empresas e instituciones sean siempre mejores para crear un mundo mejor para todos.
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