Manuel Palacios, gerente de calidad y confiabilidad de Google, mencionó el término jefe hipopótamo, en su presentación del I Congreso Latinoamericano de Calidad, en Ciudad de México. Me gustó el término y lo apunté en mi lista de ideas para blogs. Vamos a ver si usted tiene (o es) un jefe hipopótamo y si la respuesta es sí, que puede hacer al respecto.
¿Qué es un jefe hipopótamo?
Qué conste que tiene mucho más sentido en inglés, pero igual vamos a hacer la fuerza de popularizar el término en español. Hi.P.P.O. Boss (hippo es una forma de decir hipopótamo en inglés) significa: Highest Paid Person´s Opinion (la opinión de la persona con el salario más alto). El jefe hipopótamo toma todas las decisiones desde su posición, sin datos, sin consulta, solamente hace valer su opinión y todos dicen que sí.
El término lo inventó el indio Avinash Kaushik, emprendedor, escritor y conferencista. Autor del libro Web Analytics: An Hour a Day. Kaushik nos previene de lo que pasa cuando hay ausencia de datos y exceso de autoridad. Nadie piensa, nadie investiga, solamente se espera la decisión del jefe hipopótamo.
Rápidamente veamos qué hacer cuando se da esta situación desde dos puntos de vista. ¿Qué hacer si usted tiene un jefe hipopótamo? ¿Qué hacer si usted es un jefe hipopótamo?
¿Qué hacer si usted tiene un jefe hipopótamo?
Aquí el problema es muy grave, si usted pertenece a una cultura de jefes hipopótamos es muy difícil lograr un cambio. Recuerde que las culturas se hacen de arriba hacia abajo, y que es muy difícil cambiar las cosas cuando uno es empleado. Sin embargo, antes de huir despavorido hacia mejores lares trate lo siguiente. Trabaje desde su posición y ataque como lo indica Libertad (la de Mafalda) bajo el principio “una pulga no puede picar a una locomotora, pero puede llenar de ronchas al maquinista”. Haga su labor con datos, busque indicadores y fuentes que le permitan entender si está haciendo su trabajo bien. Lleve datos a las reuniones y preséntelos a su jefe hipopótamo, así puede que confirme y valide las opiniones de este, o sino tendrá con qué defender sus propias proposiciones. Hable con su hipopótamo y convénzalo de la importancia de tomar decisiones con datos y no solamente por su alta posición. Y lo más importante, no se convierta usted en uno de estos enormes mamíferos anfibios.
Esto quiere decir que debe saber cómo usar datos, cómo curiosear con ellos, cómo filtrarlos, cómo agregarles contexto, cómo presentarlos. Y tengo cuidado, haber llevado media docena de cursos de estadística en la universidad, o saber hacer clic en el menú de un software, no significa que usted sabe tomar decisiones con números. Su hipopótamo rápidamente despedazará cualquier intento de uso de cifras sino lo puede hacer bien. Por eso el consejo de Libertad, empiece con sus propias decisiones, con sus propios datos, con su “metro cuadrado”.
¿Qué hacer si usted es un jefe hipopótamo?
Si este es el caso, no creo que usted sea un déspota, dictador y admirador de Corea del Norte, más bien me parece que usted es víctima de su propia cultura. Si usted siempre fue seguidor hasta que llegó a su actual posición, es muy posible que siga con la tendencia “hipopotomística” que es la norma de su empresa. Ahora que usted está a cargo, todos lo miran para ver qué decisión tomar.
Como ejemplo me pongo yo mismo en una situación que siempre meta-reflexiono. En una empresa donde estaba a cargo de calidad, me posicione como el tercero en jerarquía rápidamente. Y siempre reflexiono con horror que cuando estaba presente el gerente general, todos lo volvíamos a ver para tomar una decisión. Cuando él estaba fuera, todos volvíamos a ver al gerente de operaciones para validar una decisión. Y cuando ambos estaban fuera de la planta, todos me volvían a ver a mí para tomar una decisión. Simplemente así era, no era ni bueno ni malo, era la forma de ser de la empresa. Con el tiempo se avanzó hacia una cultura de datos que puedo decir con orgullo que consulta a todos los que se tenga que consultar, dentro y fuera de la empresa para tomar las mejores decisiones.
Si usted es el hipopótamo, dese la oportunidad de soltar un poco del poder que le da su posición, y confíe en sus subalternos. Tome con humildad su papel y dele vuelta al organigrama, póngase en la posición de “cómo le ayudo” con los que trabajan con usted.
La psicología explica de muchas formas los sesgos de jefatura. Hay que tener cuidado con el Reino del Ego, como nos alerta la revista Scientific American, Mind. Estudie, seriamente la humildad y el respeto como principios de un líder efectivo. Empiece con estos dos maestros: Toyota y el Papa Francisco. De Toyota aprenda Kaizen, todos mejorando todos los días en todo, y del Papa Francisco aprenda que sin humildad no hay verdadero liderazgo. Ahí les dejo los enlaces para que puedan profundizar.
Empezamos con hipopótamos, pasamos por Libertad (la de Mafalda), Toyota y hasta el Papa. Si quiere ser líder nunca baje la guardia, porque si no un día se la va a creer y cómo le va a costar salirse de ahí.