jueves, mayo 2

Dirigir y guiar a otros es una tarea difícil, y se hace aun más difícil, si uno no puede dirigirse a sí mismo. Como decía mi abuelita, “un ciego no puede dirigir otro ciego”.

Entonces, si queremos seguir escalando hemos de pasar por el mundo engorroso de conocernos mejor, nuestras fortalezas, nuestras debilidades y nuestros verdaderos anhelos, aquello que nos “mueve”. Teniendo claro esto, podemos enfocar nuestros recursos para poder lograr más y mejores resultados.

El potencial de impacto de nuestro quehacer diario, CRECE conforme más claridad tenemos y DECRECE conforme menos claridad tengamos.   Si traemos orden a nuestra vida, (el cual no se trae solo) es más factible lograr grandes cosas, de lo contrario la posibilidad de caos es mayor que la posibilidad de éxito.

En manufactura, Goldratt nos regaló la teoría de las restricciones (TOC en inglés) la cual apoya el adagio que una cadena es tan fuerte como el más débil de sus eslabones. Un proceso, un departamento y por ende una organización es vulnerable en el tanto existan partes (o personas) débiles o desorganizadas o con quien es difícil de coordinar.

Esto porque la eficiencia de un equipo va a ser determinada por la eficiencia del más ¨lento¨ o bien el mas ¨desordenado¨ de ese grupo.

Igualmente, así como utilizamos herramientas Lean para transformar nuestras fabricas a través de procesos y sistemas más eficientes, en el taller Lean Personal, nos aventuramos a traer herramientas que nacieron en el mundo de la manufactura (Lean manufacturing) y aplicarlas a nuestra vida, como si fuéramos una fabrica, una fábrica de 1 persona. (Factory of One)

Habiendo conquistado nuestra gestión personal, nos abre la puerta a guiar a otros a trabajar en equipo y maximizar el rendimiento.

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