Había una vez un Ingeniero Industrial que sintió la necesidad de aumentar su magia en el trabajo, por lo que se puso en búsqueda de un lugar que le enseñara nuevos trucos.
Fue así como llegó a un centro de entrenamiento de maestros brujos que enseñaban una magia conocida como Black Belt.
Cuando el Ingeniero revisó el temario de su curso de magia, notó que muchos de los temas ya los había aprendido en su escuela de magia anterior, pero que nunca había encontrado la forma de aplicarlos a su trabajo. Fue así como decidió ingresar a esta nueva aventura.
Desde un principio notó que estos maestros brujos eran diferentes. Enseñaban trucos que si bien parecían complejos, eran fáciles de aplicar a su realidad. Uno de los trucos que más le llamó la atención, era llamado Diseño de Experimentos, una combinación de trucos estadísticos y mucha malicia indígena. Fue descubriendo que era una herramienta poderosa para resolver problemas difíciles de solucionar con trucos regulares que el acostumbraba utilizar.
Fue tanta su emoción que al día siguiente se dio a la tarea de ir a practicar los trucos aprendidos a su trabajo, llevándose la sorpresa que al presentar los resultados a sus superiores, estos no entendieron nada, dijeron que no les gustaba y que más bien les asustaba que aplicara esas prácticas de magia oscura. Es más, se lo prohibieron a partir de ese momento.
Muy afectado por la situación, regreso a contarles a los maestros brujos, quienes le dijeron “tranquilo, en ese trabajo no valoran estos trucos, con facilidad encontrarás un lugar donde si.”
En cuestión de un mes, recibió tres ofertas de trabajo distintas, a los dos meses ya eran cinco. El nuevo dilema era cuál empleo escoger.
Hoy en día, este ingeniero ha alcanzado todos los honores como Black Belt, que lo certifica como maestro de trucos, pociones y demás disciplinas para la resolución de problemas en los reinos.
Y esta es la historia del Black Belt que aprendió de Diseño de Experimentos.