“Estás en mute.”
Nos ha pasado presentándonos, contestando una pregunta, haciendo una pregunta, durante nuestro turno para hablar y hasta en nuestros intentos de interrumpir. También nos ha pasado cuando nadie más se da cuenta (o creemos que nadie más se dio cuenta), y nos tuvimos que prevenir solos “estoy en mute.”
Nos puede pasar con cámara apagada, en cuyo caso el vacío que dejamos cuando nos deberían estar escuchando es la señal de que nuestro micrófono no está encendido; y mucho peor cuando nos pasa con cámara encendida y por unos segundos parecemos mimos con ademanes, señalamientos y muecas hasta que alguien nos indica “estás en mute.”
Y de seguido vienen otras frases igualmente de moda como “no me di cuenta de que me puse en mute”, “me puse en mute para no interrumpir”, “qué vergüenza perdonen, disculpen”, y hasta por ahí hemos escuchado “¿qué estaba diciendo?”
El zoon politikón (animal social) de Aristóteles se convirtió en el “Zoom politikón” en referencia a la popular aplicación de reuniones virtuales. Ahora todos jugamos a estadio vacío con la fe de que nos están escuchando y que haremos nuestro mejor esfuerzo por escuchar. El “mute” no es natural a nuestra interacción social. En nuestras relaciones presenciales no hablamos haciendo intercambios como “walkie – talkie” pidiendo cambio y turno para comunicarnos. Una simple mirada, un carraspeo leve, levantar la mano (pero de verdad), son solo algunas de las muchas formas naturales de pedir la palabra.
Otras frases de las reuniones virtuales:
El Ser Social pasó de golpe a Ser Virtual, “estás en mute” no es la única frase célebre de la vida en línea, repasemos otros de los grandes éxitos de la crisis:
- Hola, ¿quién se acaba de conectar?
- Pasemos ese archivo por el chat para que todos los tengan.
- Oigamos la respuesta de Fulanito… ¿Fulanito? ¿Está Fulanito en la reunión?…
- ¿Estoy compartiendo, están viendo mi pantalla?
- Hola ¿me escuchan?
- ¿Hola? ¿hola?… ¿hola?
- ¿Puede repetir? Es que se cortó por un momento.
- Disculpen la tardanza estaba en otra reunión virtual.
- Me tengo que retirar tengo otra reunión virtual.
- Siguiente slide por favor.
- Aló, ahorita te llamo, estoy en una reunión.
- Estoy manejando, apenas llegue me conecto bien.
- No puedo [compartir, cambiar el fondo, usar el chat, encender la cámara, etc.] es que yo no soy muy bueno con la tecnología.
- Papi “ya me puedo comer los M&Ms” (aplica solo para cursos de PXS).
Sonidos de fondo.
Todo lo anterior acompañado del sonido ambiente que incluye entre otros:
- Bebés o niños pequeños (siempre bienvenidos en PXS).
- Perros, gatos, pericos y otras mascotas (también bienvenidos en PXS).
- “Compramos chatarra, cocinas y refrigeradoras viejas, electrónicos, todo lo que no esté usando.”
- Camiones, buses, motos, cortadoras de césped, entre otros.
- Las noticias en la tele (al menos esa la escuché yo, y en clase virtual).
Ya casi lo logramos.
¿Qué tal si por cada “estás en mute”, o cualquiera de las otras frases del momento, hemos salvado varias vidas incluyendo la nuestra? Vale la pena la vergüencilla. Cada vez que escucho a alguien (local o de afuera) cuestionar la pandemia por no tener suficientes enfermos y muertos, le doy gracias a Dios por la tecnología que nos ha permitido mitigar en gran medida lo que pudo ser peor. Distanciamiento social, usar mascarillas cuando tenemos que salir, lavado de manos, cuarentena cuando toca y reuniones virtuales, han sido nuestros aportes ciudadanos en esta lucha, nuestro granito de arena y pequeño aporte al extraordinario trabajo del personal médico y de apoyo de los sistemas de salud.
Valen la pena unos meses más de “estás en mute.” Si hemos llegado hasta aquí, hemos hecho lo mejor por cuidarnos y cuidar a los demás, podemos aguantar un poquito más.
A cuidarse todos, y si no me escucharon es porque “estaba en mute.”