Recientemente he tenido la oportunidad de compartir con un grupo de jóvenes profesionales que están desarrollando proyectos de mejora en las organizaciones en las que trabajan bajo la metodología Six Sigma.
En la primera exposición de los proyectos, solo presentaban la fase Definir, me encuentro con la inesperada sorpresa que en una de estas compañías hay una oportunidad que supera los dos millones de dólares al año como posibles ahorros, no obstante, por estar en un departamento diferente al que pertenece la persona que debe desarrollar el proyecto esta decide tomar una pequeña arista de la misma situación que tiene una oportunidad de siete mil dólares al año.
Interesante la situación, trato de verlo con los ojos de líder y me pregunto:
¿Por qué sí es claro que tenemos un problema tan grave no lo abordó para tratar de solucionarlo?
¿Por qué no tomo la oportunidad de ahorrar 2 millones de dólares?
Eso me lleva a sentir cierta molestia para con la situación que tengo enfrente y trato de entender más allá de lo que estoy viendo, parto del supuesto de que debe tener una buena razón para no tratar de arreglar un problema de 7 cifras.
Cuando busco más respuestas, leo que se va a enfocar en solucionar el problema que tiene su departamento y que el departamento en cuyo indicador se ve reflejado los 2 millones que se encargue del asunto.
Esto me lleva a varias conclusiones:
- Primera esta persona está enfocada en su árbol y se olvida que si el bosque muriera su árbol también lo hará.
- Segunda, tener metas departamentales sigue demostrando que no es la mejor forma de gestionar una organización ya que promueve la búsqueda de óptimos locales y se olvida que la meta es el sistema no el “pedacito” en el que yo trabajo, algunos departamentos posiblemente deberán “perder” por el bien de la organización, el modelo Shingo es muy claro en promover la organización a través de procesos y no de departamentos.
- Tercera, ningún departamento es un fin en sí mismo, el fin es generar riqueza a través de la existencia de la organización en el tiempo y beneficiar a todas las partes interesadas, ningún marco estratégico que yo allá leído establece que se debe tener el mejor departamento de mejora continua de la industria, o que el departamento de calidad debe ser referente a nivel mundial, por poner un ejemplo. Todas las organizaciones buscan, normalmente, ser las mejores como organizaciones, no ser un conjunto de departamentos muy buenos por separado.
- Cuarta, en mi humilde opinión todos los ingenieros deberíamos estar siempre en busca de mejorar el sistema, y estar atentos a esas oportunidades que salen de cuando en cuando, es algo así como el concepto que se usa en las artes marciales japonesas: Zanshin, estar consciente con todos nuestros sentidos de todo lo que está ocurriendo a nuestro alrededor y poder responder oportunamente a esa situación, conozco la historia de un supervisor que justamente por estar atento a su entorno propuso una mejora muy simple que significó un ahorro equivalente a un millón de dólares al año para la compañía.
- Finalmente, siempre que me encuentro con alguna situación en la que una persona claramente capacitada no está aprovechando todo su potencial me pregunto si su jefatura es consciente de esta situación, tener gente bajo su responsabilidad es algo de mucho cuidado y muchas veces se toma a la ligera, no obstante, siempre que tengamos personas a cargo debemos de recordar el evangelio según San Mateo 7:15-20, sobre todo el versículo 16: “ustedes los reconocerán por sus frutos”; si alguien no está dando todo cuanto puede dar, si alguien por no dejar de ver su árbol se olvida del bosque veamos quien lo entrenó, quien le dio el puesto, cada cuanto le dan retroalimentación, esa persona es un “fruto” de su jefe. Es cierto todos debemos ser responsables de mejorar el sistema y para esto no debería haber justificación, sin embargo, si alguien no lo está haciendo el “pecado” de su jefe es doble.