La mejora continua es un objetivo central en muchas organizaciones, donde los colaboradores constantemente buscan maneras de optimizar sus procesos y aumentar la eficiencia. Sin embargo, una perspectiva crucial que a menudo se pasa por alto es el pensamiento sistémico. Este enfoque integral asegura que las mejoras no solo beneficien a una parte del sistema, sino que también consideren sus efectos en todo el conjunto. Este artículo explora la importancia del pensamiento sistémico en la mejora continua, ilustrando cómo ignorar las interconexiones puede llevar a resultados contraproducentes.
Comprendiendo el Pensamiento Sistémico
El pensamiento sistémico se basa en la comprensión de que todos los procesos y departamentos dentro de una organización están interconectados. Mejorar una parte del sistema sin considerar su impacto en el resto puede causar problemas inesperados en otras áreas. Este enfoque holístico es fundamental para lograr mejoras sostenibles y beneficiosas en toda la organización.
La Lección de Ken Snyder y el Premio Shingo
Ken Snyder en su libro “Alineamiento Empresarial y sus Resultados”, destaca un ejemplo revelador durante sus evaluaciones para el Premio Shingo. Snyder pregunta a los operadores sobre sus últimas mejoras implementadas. A menudo, los operadores están entusiasmados por compartir sus logros en eficiencia. Sin embargo, cuando se les pregunta sobre el impacto de estas mejoras en sus clientes internos, muchos no pueden responder adecuadamente.
Por ejemplo, un operador puede haber optimizado un proceso para reducir los tiempos de producción, pero si esto resulta en un aumento del inventario en proceso (WIP) para el siguiente departamento, la mejora podría ser contraproducente. Este incremento en WIP puede causar retrasos y sobrecargas, demostrando una falta de pensamiento sistémico.
Ejemplo Práctico: Mejora en el Empacado de Frutas
Consideremos un caso en una planta de procesamiento de frutas. El equipo de empacado identificó su área como un cuello de botella y trabajó arduamente para aumentar la velocidad del empacado. Esta mejora permitió empacar más frutas en menos tiempo, lo que inicialmente se consideró un gran éxito.
Sin embargo, al no considerar el impacto en el área de paletizado, surgieron problemas significativos. El área de paletizado no estaba preparada para manejar el aumento en la producción, lo que llevó a retrasos, acumulación de inventario y finalmente a una disminución en la eficiencia general del sistema.
El Valor del Pensamiento Sistémico
Este ejemplo ilustra claramente la necesidad del pensamiento sistémico en la mejora continua. Al entender cómo las mejoras en un área pueden afectar a otras, las organizaciones pueden evitar problemas aguas abajo y asegurar que las optimizaciones beneficien al sistema completo. Aquí hay algunas prácticas recomendadas para implementar el pensamiento sistémico:
• Mapeo de Procesos Integrados: Realizar un mapeo detallado de todos los procesos interconectados para visualizar cómo interactúan y dónde pueden surgir problemas.
• Evaluación de Impacto: Antes de implementar una mejora, evaluar su impacto potencial en otras áreas y departamentos.
• Comunicación Interdepartamental: Fomentar la comunicación constante entre departamentos para asegurar que todos estén al tanto de las mejoras y sus posibles efectos.
• Capacitación en Pensamiento Sistémico: Proveer formación continua a los colaboradores sobre la importancia del pensamiento sistémico y cómo aplicarlo en su trabajo diario.
Conclusión
El pensamiento sistémico es esencial para la mejora continua efectiva. Sin una comprensión clara de cómo las partes del sistema interactúan, las mejoras locales pueden llevar a problemas mayores en otras áreas. Adoptar una perspectiva sistémica permite a las organizaciones no solo optimizar procesos individuales, sino también lograr una eficiencia global y sostenible. La próxima vez que se considere una mejora, es fundamental preguntarse: ¿cómo afectará esto al sistema en su totalidad?
Una empresa podría poner a un líder en cada puesto y ser tragada por un competidor con personas que son la mitad de buenas, pero que trabajan juntas. Edwards Deming