Thursday, November 21

A través de los años hemos visto una gran cantidad de herramientas de mejora continua no lograr mantenerse en el tiempo. Los procesos de implementación surgen como un gran evento, se ve a las personas comprometidas, y emocionadas de poner en práctica nuevos métodos que en la teoría deberían de ayudar con los problemas del día a día de la operación, pero conforme transcurren las semanas aparecen cosas que son de mayor importancia y la herramienta que antes se veía muy completa empieza a desaparecer hasta que se renunció por completo a la misma.

El modelo Shingo nos viene a presentar una alternativa a este tipo de problema. Tiene un enfoque diferente respecto a lo que debe de hacerse para lograr no sólo la implementación de una herramienta sino establecer el camino para una cultura de excelencia operacional

El modelo cuenta con varios ejes que deben de trabajar en conjunto y de manera alineada para concretarlo. Realmente lo que se busca es lograr una alineación entre los principios que propone el modelo y el comportamiento de los colaboradores. El modelo cuenta con 10 principios distribuidos en 4 dimensiones, donde se hace una analogía con una pirámide. En la base de la esta pirámide tenemos dos principios de mucho peso y que se encuentran en una dimensión que se llama habilitadores culturales. Los principios son:

  • Respeto para cada individuo: El respecto para cada individuo incluye el respeto hacia todos los compañeros de trabajo, hacia nuestros clientes, nuestros proveedores, nuestra comunidad, nuestro país. Básicamente buscamos generar un ambiente de confianza para que las personas puedan desarrollar su máximo desempeño. Un ejemplo muy claro de este principio aplicado son las organizaciones donde se percibe un gran compromiso con la seguridad y salud de sus compañeros.
  • Liderar con Humildad: La humildad da paso al aprendizaje y al mejoramiento. Líderes que estén dispuestos a escuchar y aprender generan espacios de trabajo donde los colaboradores logren perder su miedo a equivocarse, a experimentar, a proponer nuevas ideas. Esto lo podemos ver en organizaciones que se preocupan por el desarrollo de su gente, donde se logran implementar las ideas de mejora, donde existen personas empoderadas en sus procesos.

Estos dos principios son el inicio del camino y la dimensión en la que están hace referencia a las personas de la organización. Lo que buscamos es darle respuesta al por qué se está realizando las cosas y no simplemente quedarnos con el cómo, que generalmente es la implementación de la herramienta como tal.

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Ingeniero Industrial. Miembro de la American Society for Quality (ASQ) y certificado CSSBB de la misma asociación, Lean Bronze certificado por SME (Society of Manufacturing Engineers). Socio de varias empresas en las industrias de producción agrícola, energías límpias. Ha participado en la certificación de más de 80 profesionales en las áreas de Calidad, Green Belt, Black Belt y Lean en la región centroamericana. Cuenta con 7 años de experiencia como microempresario, consultor e instructor en industria alimentaria, servicios, energías limpias y construcción.

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