Cada semana, camino a la planta de Vitec Videocom, en Cartago, Costa Rica, veo la valla de carretera de la foto. Dice: “EL SÁBADO es el verdadero día del Señor”. No pretendo faltarle el respeto a quienes así lo creen, sino que quiero usarlo como ejemplo de lo fuerte que son nuestros modelos mentales.
Empecemos con mi propio modelo mental. En mi católica cabeza es el Domingo (así con mayúscula y todo) el día reservado para Dios. Es más, los musulmanes guardan el día Viernes (también en mayúscula por respeto). Y Ahora ¿cuál de los tres tiene la razón? Muy sencillo, todos.
Nuestro cerebro, aislado por completo del mundo exterior, condensa toda la información que recibe y crea modelos para explicar la realidad. Algunos de esos modelos provienen de nuestra cultura y nuestros grupos sociales. Cada uno de nosotros tiene patrones tan fuertes que se anteponen a nuestro razonamiento. Los psicólogos hablan de términos como “razonamiento motivado” y “sesgo de confirmación” para explicar este proceso. Creemos que estamos tomando decisiones basados en la razón, los datos, etc. Cuando en realidad solamente estamos explicando las decisiones ya tomadas por nuestros modelos mentales.
Comunismo versus capitalismo, modelos mentales. Mi música versus tu música, modelos mentales. Mi equipo de futbol versus tu equipo de fútbol, modelos mentales. Seguir un modelo de excelencia versus otro modelo o norma, modelos mentales. Mi solución para el problema versus tu solución para el problema, modelos mentales. Tu religión versus mi religión, modelos mentales.
Apenas estamos empezando a entender cómo usar este fenómeno en trabajo de equipo, reuniones y relaciones con los demás. Ya sabemos el principio central, mi cerebro que está seguro que tiene razón se enfrenta a uno o más cerebros que también están seguros que tienen la razón. Con el tiempo desestimaremos el debate como forma civilizada de interacción entre personas, para dar lugar a formas colaborativas de entendimiento y resolución de problemas.
La próxima vez que discuta de política, de futbol o de religión, hágame este favor, empiece por reconocer que la otra parte tiene la razón, tanto como usted tiene la suya. Es fascinante escuchar por primera vez al practicante de otro pensamiento y descubrir la belleza de su interpretación de la realidad.
¿El Sábado es el Día del Señor? ¡Qué excelente! En lugar de poner otra valla con mi Día del Señor, de ahora en adelante voy a pensar en todo lo bueno que debe significar para aquellos que así lo creen.