Thursday, November 21

Siempre he pensado en el tiempo como el regalo que Dios nos dio por igual a todos los seres humanos, junto con la libertad de usarlo como a cada uno mejor le parezca. Me refiero a esas 24 horas por día que podemos aprovechar para cumplir nuestros roles, alcanzar nuestros propósitos, y completar nuestras tareas. Y por supuesto también tenemos todo el derecho del mundo a desperdiciarlo. Sea cuál sea nuestro uso de este gran regalo universal, lo cierto es que casi todos sentimos que no nos alcanza. ¿Cómo lo aprovecho mejor?

DEFINICIÓN DE TIEMPO

Hay definiciones físicas, filosóficas y biológicas del tiempo. El tiempo es físico como medida, biológico como mecanismo del cerebro, y filosófico si nos ponemos a pensar demasiado de dónde viene y qué significa (esa definición mejor hoy no…). De forma sencilla podemos definir tiempo como el progreso indefinido y continuo de la existencia y los eventos en el pasado, presente, y futuro considerado como un todo. La Real Academia de la Lengua Española tiene dieciocho formas diferentes de definirlo, entre ellas: magnitud física que permite ordenar la secuencia de los sucesos, estableciendo un pasado, un presente y un futuro, y cuya unidad en el sistema internacional es el segundo. Así que el tiempo, en su forma real, tiene magnitud, es secuencial, y es constante.

PERCEPCIÓN DEL TIEMPO

El cerebro es literalmente un receptor de estímulos que está completamente aislado del mundo exterior. Depende de la información que le llega de diferentes fuentes, y de diferentes interpretaciones parciales para “construir la mejor historia posible de la realidad” como dice el neuro-científico David Eagleman. Aunque el tiempo real es constante, la interpretación del tiempo dentro del cerebro se puede estirar algunas veces, y encoger otras. Cuando hacemos algo que nos gusta sentimos que todo pasa más rápido, y por el contrario cuando hacemos lo que no nos gusta (como ese reporte que está esperando el jefe…) la percepción es que el tiempo avanza más lento.

 

¿REALMENTE NO ALCANZA EL TIEMPO?

Por supuesto que si tenemos más actividades de las que realmente podemos manejar, el tiempo que destinemos no nos va a alcanzar nunca. No tiene lógica pensar que puedo leer cinco libros por semana, ir al gimnasio tres veces, trabajar doce horas al día, salir con la familia dos veces, estudiar dos carreras universitarias, etc. En ese caso las horas realmente no alcanzarían y estamos hablando de una persona que no tiene problemas de percepción del tiempo, tiene serios problemas para establecer sus prioridades. Cuando este es el caso no hay agenda, aplicación de teléfono, software, secretaria que pueda ayudarlo. En lean manufacturing “manda la demanda”, primero se determina cuál es la demanda del cliente y luego se calcula el tiempo por unidad que debemos alcanzar para poder entregar a tiempo sin desperdiciar (se le llama “Takt Time”, literalmente tiempo de batuta). Para que le alcance el tiempo debe tener clara cuál es su “demanda”, debe establecer sus prioridades como persona (no como empleado, esa es solamente una dimensión de su vida), y luego calcular su Takt Time personal. Así podrá entonces administrar su tiempo, y hasta la alcanzará para darse unas escapaditas a Facebook como la que yo voy a hacer ya casi.

En resumen, el tiempo real es secuencial y constante, el tiempo percibido se estira y se encoge dependiendo de la situación. Esté un paso adelante estableciendo sus prioridades y luego prográmese para cumplirlas siendo consciente del tiempo percibido que es la que manda en su cabeza.

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Chairman Grupo PXS Fellow ASQ I’m part of the ASQ Influential Voices program. While I receive an honorarium from ASQ for my commitment, the thoughts and opinions expressed on my blog are my own.

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