lunes, mayo 6

La anterior frase es muy recurrente en nuestros días, lo que, para antes de febrero del 2020, al menos en nuestro país, era una práctica esporádica se ha convertido en más bien un derecho y un beneficio que constantemente las empresas y sus colaboradores hablan, el teletrabajo.

Ahora bien, más allá de los claros beneficios que se han obtenido producto de teletrabajar pues es obvio que también hay implicaciones de haber dejado el trabajo presencial tal y cual lo conocíamos, sin embargo, la primera cuestión que viene a mi mente se centra en responder la pregunta: ¿realmente todo en el ámbito laboral es susceptible a ser virtualizado? Creo que es una pregunta muy válida, pues después de más de 2 años de experiencia haciendo teletrabajo (usted y mía), haciendo tele enseñanza entre otras variantes, pues considero que podemos concluir que algunas cosas pues sí funcionan bien de forma virtual y otras pues simplemente no tan bien.

Hay que tomar en consideración los beneficios manifiestos del teletrabajo y el telestudio o enseñanza virtual, bien es sabido en nuestro País que movilizarse sobre todo a ciertas horas del día no es algo fácil, la saturación de nuestras carreteras es evidente, además el tema de la salud es importante por lo que los medios virtuales ciertamente han permitido prevenir interacciones físicas que puedan incidir en contagiarnos de Covid 19.

A mucha gente le gusta también el teletrabajo pues incide en contar con mayor tiempo de calidad para disfrutar sus familias e incluso para invertirlo en trabajar, tiempo que por lo general se malgastaba en presas, además del correspondiente gasto en combustible y mantenimiento del vehículo o incluso en transporte público, en fin, hay evidentes beneficios al respecto.

Leo con atención un artículo Web del Diario El País titulado “Elon Musk admite el teletrabajo… si antes se trabajan 40 horas a la semana en la oficina” [1]donde menciona que precisamente el teletrabajo puede bien convivir con el trabajo presencial, pero a manera de complemento, siendo que el trabajador primeramente debió haber trabajado toda su jornada laboral presencial. ¿Será acaso que esta forma de pensar de Elon Musk tiene algún grado de validez? Veamos algunas consideraciones:

  1. Es evidente que las condiciones de los espacios físicos en muchos de los hogares de los trabajadores no son los óptimos, perdemos elementos de ergonomía del trabajo, calidad de Internet, un ambiente expuesto a distracciones o ruido producto del día a día de nuestros sitios de residencia.
  2. El control sobre el desempeño, ya la labor de los jefes que supervisan directamente a sus colaboradores se pierde, y no digo con esto que sea necesario o que pueda haber muchos trabajadores que necesitan un mínimo de supervisión, ciertamente también pasa lo opuesto, y hay trabajadores que necesitan mucho de la guía y supervisión de sus jefes.
  3. Los espacios físicos arrendados o comprados en los Edificios de Oficinas, su desperdicio por no ser usados lo que implica una pérdida importante en el sector inmobiliario, es interesante ver en el Gran Área Metropolitana la cantidad de proyectos pre-pandemia que iniciaron con construcciones de grandes oficentros y que a hoy simplemente estas desocupados.
  4. Las empresas pierden poco a poco la cohesión de los equipos de trabajo y la socialización, al no haber interacción física se tienden a la individualidad y a la falta de trabajo en equipo que es tan importante en las organizaciones.

Por lo tanto, y más allá de la problemática que expuse pues vuelvo a la pregunta de si necesariamente todo es teletrabajable o teleestudiable.

La pregunta de si realizamos una sesión de trabajo mediante alguna plataforma de videoconferencia o si preferimos realizarla física y presencialmente en una oficina es algo constante, la gente prefiere en la mayoría de los casos la comodidad de la virtualidad, por la simplicidad de no trasladarse de la casa a la oficina, de no consumir tiempo valioso en el traslado, de no gastar en combustible o incluso de ahorrar desgaste del auto, incluso de no exponerse a contagios de Covid, sin embargo la calidad, la eficacia del resultado que demanda la sesión de trabajo queda total y enteramente de lado.

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[1] https://elpais.com/economia/2022-06-01/elon-musk-admite-el-teletrabajo-si-antes-se-trabaja-40-horas-a-la-semana-en-la-oficina.html

Sabemos que estamos llamados a generar excelencia en nuestro trabajo, en aprovechar de la forma más adecuada los recursos para generar los mejores resultados, sin embargo, parece ser que estas cuestiones asociadas a la calidad del resultado se sacrifican en función de nuestra comodidad o salud. Estoy de acuerdo, el confinamiento por Pandemia fue necesario, más sin embargo hay que tomar en cuenta el avance con las vacunas, el comportamiento de la Pandemia dos años después y la importancia de la calidad de nuestro trabajo.

Analicemos dos casos específicos, el primero son las sesiones de trabajo en equipo, hay temas que ciertamente por su naturaleza pues pueden ser trabajados óptimamente en teletrabajo, aspectos de comunicación, sesiones de trabajo con pocos participantes entre otros pero para nadie es un secreto que en muchas ocasiones las sesiones de trabajo virtuales se vuelven extremadamente monótonas, con poca participación de los invitados, incluso se prestan para que los participantes hagan otras cosas sin poner atención al objeto de la sesión de trabajo. La poca costumbre al uso de las cámaras, bajo el pretexto de que consumen ancho de banda o que simplemente no funcionan en su computador de casa son cosas que afectan decididamente la calidad de la comunicación y que inciden en que los resultados de las sesiones virtuales muchas veces sean muy pobres. También podemos ver este fenómeno en la enseñanza virtual, me ha pasado que en muchas ocasiones, producto de mi día a día como capacitador de PXS enfrento grupos donde los participantes están distraídos haciendo otras cosas más que poner atención a la clase, donde hay una complicación manifiesta de explicar conceptos complejos ante la imposibilidad práctica de poder hacer algún tipo de demostración presencial y es este tipo de cosas que me hacen pensar que no necesariamente todo puede enseñarse en modalidad virtual, incluso me pregunto, qué sucederá el día de mañana que ese ingeniero o ingeniera tenga que aplicar ese conocimiento en la vida real, en una empresa, donde el resultado debe ser excelente sí solo lo aprendió de forma virtual? ¿Imagínese esto no tanto en el campo de la ingeniería sino en otros campos como la medicina?

Nosotros en PXS constantemente realizamos proyectos que se enfocan en resolver problemas de negocio, utilizamos por lo generar técnicas de LEAN o Seis Sigma para encontrar las causas raíz y generar las soluciones a ese problema, es interesante ver la inmensa complejidad de por ejemplo hacer buenos eventos Kaizen o incluso Análisis de Causa Raíz por la dificultad de que los invitados simplemente participen, se concentren y entiendan el contexto y los datos que permitirán generar la solución, definitivamente hacer este tipo de cosas de forma virtual no es la mejor opción.

Mi aporte entonces, después de haber explicado mis puntos de vista, como puede ver son tanto a favor como algunos en contra del teletrabajo. He ideado entonces una breve guía para que usted analice rápidamente si conviene usar una u otra modalidad, considere:

  1. ¿El tema a tratar implica un alto grado de concentración y/o participación?
  2. ¿La razón de realizar la sesión implica un problema de una alta complejidad técnica?
  3. ¿Son pocos o muchos los involucrados?
  4. ¿El tiempo de la sesión es corto o requiere que sea largo?

Si usted nota en muchas ocasiones la sesión de trabajo requiere de una decidida participación de los involucrados, el hecho de que en las modalidades virtuales existan muchas distracciones propias de las prácticas laborales de los trabajadores o del ambiente de casa pues inciden significativamente en la calidad del resultado de la sesión, mi recomendación es que cuando requiera hacer sesiones de trabajo para temas donde la concentración y participación sean  importantes apueste por las modalidades presenciales.

Respecto a la complejidad técnica, realmente el proceso de solucionar algo implica que los participantes puedan no solo proponer soluciones con un alto grado de “construcción” sino también que puedan analizar detenidamente las propuestas técnicas de los otros participantes y que se pueda ya sea construir a partir de una idea o complementar las ideas de otros; esto es particularmente difícil de hacerlo mediante entornos virtuales, le recomiendo apostar por la presencialidad cuando esto ocurre.

Sobre el punto 3 pues depende de los dos primeros puntos, ciertamente hacer una sesión de una cantidad considerable de participantes en este momento es más difícil, por lo que la modalidad virtual es recomendable sin embargo si el tema a tratar es complejo o requiere concentración y participación de nuevo lo recomendable es hacer una sesión presencial. Si son pocos los participantes la recomendación es virtual definitivamente.

El tiempo de la sesión es un tema crítico, los niveles de atención de los participantes en modalidad virtual tienen a caer rápidamente a medida que las sesiones de trabajo se prolongan, es importante considerar que si requiere más de 30 minutos de trabajo con el equipo ya debería considerar la presencialidad, y con esto no digo que en la presencialidad no pase lo mismo, pero la experiencia me ha demostrado que ese momento crítico de pérdida de interés tiende a prolongarse. Si la sesión es rápida, definitivamente le recomiendo lo virtual.

Finalmente, estoy consciente que la decisión de virtualizar una sesión de trabajo muchas veces es una decisión “en caliente” producto de una conversación informal, un chat de WhatsApp u otro medio, pero si usted logra interiorizar esos 4 aspectos, eventualmente podría tener un mejor criterio para definir si la sesión de trabajo se hace por una u otra vía. La virtualidad es una gran herramienta del mundo de los negocios hoy en día, ciertamente fue casi obligada producto de la Pandemia a entrar con fuerza, pero recuerde el compromiso a la excelencia y calidad de los resultados, la decisión de virtualidad no puede ni debe ir en función únicamente de nuestra comodidad, hay aspectos técnicos y éticos que estamos obligados a respetar y cumplir. Espero que este rápido blog sea de su provecho profesional y nos vemos en otra entrega futura, suerte en sus proyectos.

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Ingeniero en Producción Industrial y Master en Administración de empresas del ITCR. Miembro de la American Society for Quality (ASQ) y certificado CSSBB y CMQ/OE de la misma asociación, también es Green Belt por General Electric. Profesor universitario de Instituto Tecnológico de Costa Rica en cursos de estadística, calidad y proyectos. Ha participado en la preparación para certificación de más de 500 profesionales entre Green Belt y Black Belt. Cuenta con más de 10 años como consultor en mejora de procesos enfocado a administración pública, también ha sido ingeniero de proyectos, jefe y gerente de calidad de empresas privadas de servicios y Auditor líder en las normas ISO 9001, 14001. Actualmente cursa su Doctorado en Gobierno y Políticas Públicas en la Universidad de Costa Rica.

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