viernes, mayo 10

En toda empresa el director de la organización quiere que los resultados se logren y que se den a diario.

Todo director de empresa quiere ese mundo ideal, donde sus colaboradores se movilicen con fuerza, donde cada uno venga con ilusión a trabajar, donde estén motivados a diario, dando lo máximo que tienen en consecución de los resultados esperados del negocio.

¿Qué opciones tiene (el director) para lograr esto?  ¿Qué opciones tiene usted?

Aquí, una primera parada —- para recordar que un individuo, una persona, puede motivarse por fuerzas externas y/o por fuerzas internas.

Un director de empresas inteligentemente buscaría como usar estas fuerzas — lo que lo pondría en una posición de influenciar a sus colaboradores hacia la consecución de los resultados esperados.

Las fuerzas externas son muchas y las herramientas para trabajarlas/utilizarlas ya se conocen — una visión clara del negocio, claridad de funciones, claridad en la contribución, más beneficios salariales, dividendos, etc.  Estas herramientas no han de ser menospreciadas, son importantes.

¿Y las fuerzas internas? Podríamos explorar este tema… ¿o será exógeno al mundo laboral?  Es precisamente este tema — el despertar las fuerzas internas, el de entrar en contacto con las fuerzas internas lo que generar una motivación sostenible, duradera y mucho más poderosa.  

¿Qué son esas fuerzas internas? 

Es la fuerza que devenga cuando haces lo que te apasiona.  

¿Y cómo sabe uno que una persona está haciendo aquello que le apasiona?  Cuando una persona está en tal estado, es cuando el tiempo no pasa, dado que la persona está respirando profundamente y deleitándose en su quehacer.  Se evidencia en la mirada, en su apertura, sé ve que está en “su charco”. 

¿Y cómo llegamos ahí?

Un primer paso, propone Simon Sinek, inglés, nacido en 1973, que el círculo de oro muestra que el 100% de las personas saben qué están haciendo, pero sólo una parte de estos (25%) saben cómo hacerlo y que un reducido grupo (6%) entiende para qué se hace.  El argumenta que aquí está la clave y el motor principal del trabajo y del éxito —descubrir y poner en la mente el “para qué” hacemos las cosas1.

Víctor Frankl, psiquiatra, sobrevivió a los campos de concentración nazis entre 1942 y 1945, con 37 años, por escribir su libro “El hombre en busca de sentido” un tratado del comportamiento humano en condiciones infrahumanas, para publicar su estudio psiquiátrico que dio origen a la logoterapia.  Él afirma: “sólo puede vivir quién tiene un motivo para vivir”2 .

Abraham Maslow, psicólogo, publicó en 1943 su libro “La teoría humana de la motivación” donde propone su pirámide/jerarquía de las necesidades humanas: Fisiológicas, Seguridad, Afiliación, Reconocimiento y Autorrealización que también llamó “motivación de crecimiento” o “necesidad de ser”.    En la cúspide de la pirámide de Maslow se logra plenitud, antes no3.

La herramienta que nos permite lograr despertar y hacer uso de esta fuerza interna es el Ideal Personal[1].

En PXS, trabajamos con nuestros clientes para mejorar su desempeño hacia la Excelencia.  Es así, como introducimos este tema de Ideal Personal, y el curso correspondiente a través del cual acompañamos a la persona, a que descubra su Ideal Personal (IP).   Consiguientemente, el IP pasa a ser una herramienta que permite orientar el día a día de la persona.  El IP, pasa a ser el auténtico norte (True North) que encauza la toma de decisiones de la persona, en todos los ámbitos de su vida.  Tener claro el IP, cambia la relación con la vida, la relación con uno mismo, y con los demás — dado que ahora tiene un NORTE, que lo guía.  Tener el IP facilita la unidad existencial que permite ese éxtasis de felicidad que sentimos cuando llega a nosotros una coherencia entre lo que pensamos, decimos y lo que hacemos.

Bajo un escenario en que los principales responsables de mover la empresa tuviesen claro su ideal personal, sacaría al director de esta posición de arrear gatos y pasaría a un rol de encauzar las fuerzas de sus colaboradores.

[1] Fuente, Curso Ideal Personal Fernando Besser – Santiago, Chile

[2] Fuente, Curso Ideal Personal Fernando Besser – Santiago, Chile

[3] Fuente, Curso Ideal Personal Fernando Besser – Santiago, Chile

[4] Fuente, Joseph Kentenich, Schoenstatt, Alemania

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