lunes, abril 29

Todos sabemos que la mala calidad afecta a las compañías de forma negativa.  A lo interno de la organización, la mala calidad reduce la productividad, y como consecuencia, aumenta los costos operativos y disminuye la rentabilidad.  A lo externo, la mala calidad disminuye la satisfacción del cliente y crea una mala imagen.  Por todos estos motivos, y muchos más, enfocarse en la calidad mantiene a la compañía fuerte en todas estas áreas.

A principios de este año, McKinsey publicó un excelente artículo sobre cómo  las mejores compañías de dispositivos médicos “capitalizan” la buena calidad para reducir sus costos y obtener un buen desempeño financiero.  Si usted no lo leyó, aquí resumimos las conclusiones más importantes.

Las compañías de dispositivos médicos con un alto desempeño en calidad tienen lo que McKinsey denomina en su artículo como fuentes de madurez, que se correlacionan con buenos resultados en calidad.  A continuación un resumen de estas cinco fuentes de madurez:

  1. Madurez operacional: Diseño de producto y proceso

De acuerdo con el reporte de McKinsey, el buen desempeño en calidad está vinculado con las siguientes buenas prácticas en el diseño del producto y el proceso:

  • Diseño para manufacturabilidad y calidad: estas compañías identifican un conjunto de Atributos Críticos de Calidad (CQAs) y los vinculan con Puntos Críticos de Control (CCPs) durante el proceso de producción, con pruebas de calidad adecuadas desde el inicio del proceso de manufactura.
  • Manejo de la complejidad del producto: estas compañías reducen la complejidad del producto mediante la “racionalización” (streamlining) del diseño, la optimización de los CQAs monitoreados por producto, y limitando el número total de componentes en el producto.

  1. Madurez operacional: Personas

En su estudio, McKinsey encontró que los manufacturadores de dispositivos pueden reducir tanto la cantidad de desviaciones como su recurrencia, mediante la mejora de factores operacionales tales como una mejor retención de personal y el uso de objetivos de calidad compartidos.  Las mejores plantas incluyen la contribución a la calidad como parte de los criterios de evaluación de los empleados, implementando objetivos individuales específicos y cuantitativos.

Un dato interesante (pero no sorprendente), es que las plantas con una mejor calidad de producto presentan además menores índices de rotación de personal.

  1. Madurez operacional: Activos de producción

De acuerdo con McKinsey, las plantas que tienen un enfoque consistente en el mantenimiento preventivo tienen menos problemas con el equipo y las instalaciones.

En el largo plazo, las compañías también necesitan invertir bastante en la renovación de sus activos de producción para evitar problemas serios tanto con la calidad como con el cumplimiento regulatorio.

  1. Madurez del Sistema de Calidad

El reporte de McKinsey resalta como indicador de la madurez del Sistema de Calidad la realización de investigaciones rápidas, pero minuciosas.  Las investigaciones ya sea excesivamente cortas, así como muy largas, promueven una mayor recurrencia de no conformidades.

Las plantas con mejor desempeño realizan investigaciones que duran, en promedio, 40 a 55 días.  Este tiempo parece ser suficiente para obtener información lo suficientemente rápido para corregir las desviaciones, a la vez que llegar a la causa raíz del problema.

Por otra parte, establecer el tiempo de cierre de las investigaciones como una métrica de desempeño, suele ocasionar CAPAs inefectivos y problemas recurrentes.

  1. Madurez de la Cultura de Calidad

Las plantas de manufactura de alto desempeño no dejan el tema de la calidad solamente al departamento de calidad.  Por el contrario, las actividades relacionadas con la calidad son asignadas al personal de toda la organización. El personal de manufactura e ingeniería se involucra un varias actividades, desde la prevención (validación y mantenimiento de equipo) hasta la remediación  (investigaciones y solución de problemas mediante el análisis de causa raíz).

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En ocasiones, las compañías implementan muchos programas diferentes o estos cambian de forma periódica (el llamado “sabor del mes”).  Este análisis de McKinsey nos indica las cinco áreas en las que deberíamos enfocarnos, de acuerdo con las lecciones de los  “top performers” de dispositivos médicos.  ¡Aquí le dejo el link al artículo!  Está excelente, vale la pena leerlo completo:

“Capturing the value of good quality in medical devices”

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Licenciatura en Química de la Universidad de Costa Rica. MBA, Master en Ingeniería Industrial con Énfasis en Calidad y Manufactura, CSSGB, CQE, CQA, CBA, CMQ/OE, Regulatory Affairs Certificate: Medical Devices (RAPS). Más de 15 años de experiencia profesional en el área de calidad, en industria de alimentos, farmacéutica y de dispositivos médicos, como Supervisora de Calidad, Ingeniera de Calidad, Gerente de Calidad y Consultora.

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