El video a continuación invitaba a una cálida ciudad de Milwaukee, entrada ya en la estación de primavera. La verdad es que nos recibió un frío no planeado que fue comentario obligado durante los primeros dos días de la World Conference on Quality and Improvement de la American Society for Quality (ASQ).
Pero el frío no pudo con la energía que se vivió en el 70 aniversario de la asociación de profesionales de calidad más importante del mundo. Dos grandes elementos se me vienen a la mente mientras reflexiono sobre la conferencia. Primero la calidad, diversidad y riqueza de las charlas simultáneas, esas que se dan entre colegas, y segundo, el enorme valor de la membresía de ASQ que los miembros nos hemos estado perdiendo.
MUCHO MÁS QUE UNA CONFERENCIA DE CALIDAD
¿Qué es calidad? Se me queda corta la definición formal de la ISO, aquella que dice: “Grado en el que un conjunto de características inherentes a un objeto (producto, servicio, persona, organización, sistema o recurso) cumple con los requisitos.” Es mucho más lo que vi en los salones, pasillos, exhibiciones, charlas, talleres, cursos, exámenes del Centro de Convenciones de Milwaukee. Vi excelencia, cultura, pasión, curiosidad, sacrificio, entrega, y sobre todo liderazgo y visión. Uno no puede estar en todas las sesiones simultáneas, pero si mi muestra representa a toda la conferencia, es increíble la diversidad de temas, todos tratados con alta maestría, que se exponen a lo largo de los dos días y medio del evento.
Dale Schattenkirk, director de KPMG Canada, me hizo sentir que estaba en una conferencia sobre el modelo Shingo cuando nos habló de “Entendiendo e Implementado Trabajo Estándar de Liderazgo”, nos recordó que el trabajo del líder es la comunicación, y que para poder evitar los filtros que resultan de los canales tradicionales, el líder debe ver, oír e interactuar por sí mismo y de forma planeada con los sistemas y personas a su cargo. No habrá ningún impacto ni cambio sobre la operación si los que están a cargo no se ganan primero los corazones y mentes de su gente, pero estos se ganan con orden y con consistencia.
Jane Keathley, una de las autoras del libro “The executive guide to innovation. Turning good ideas into great results” nos recordó las palabras del Dr. Clayton Christensen, profesor de innovación de la Universidad de Harvard:
“… Los planes para la innovación deben ser planes de aprendizaje en lugar de planes de implementación”.
Por un momento parecía que estábamos en una conferencia internacional de innovación.
Louis A. Johnson y Cheryl Pammer de Minitab, nos enseñaron un par de nuevos trucos para desarrollar estudios de Repetibilidad y Reproducibilidad en pruebas destructivas, y eso que a expertos como Rolando Guido o Javier González de PXS, no es cualquiera el que los dice cómo hacer un R&R. Igualmente Rob Whaley de General Motors, nos hizo pensar que estábamos en una conferencia de Estadística industrial con su charla sobre Análisis de Datos no Normales.
En otros muchos salones uno podría creer que estaba en la conferencia anual de Six Sigma, o en un congreso de coaching, o hasta en un foro de excelencia en hospitales y salud.
EL VALOR DE LA MEMBRESÍA ES DE DOBLE VÍA
Algunas personas me dicen que no le ven el valor a la membresía de ASQ y después de uno o dos años, la cancelan. Al fin este año logre descubrir qué es lo que yo veo que no ven otros, y que de ahora en adelante comunicaré con más fuerza. La membresía solamente funciona si cada uno, la hace trabajar. Cada miembro le debe encontrar su propia dinámica y su propia valía. Durante 25 años, desde mi membresía estudiantil hasta mi elección como fellow he trabajado para ASQ, y ASQ ha trabajado para mí. No me quedé esperando a que la asociación mágicamente me hiciera mi trabajo, la fui a buscar y me respondió. Veo el trabajo de Patricia Lalonde, actual presidente, o de Eric Hayler, presidente electo, quienes usan todas sus vacaciones en sus trabajos, que sacrifican gran parte de su vida familiar, para ser voluntarios en la junta directiva. O más allá, Sunil Thawani, que asiste a Miwaukee varias veces al año desde Abu Dhabi, o Benito Flores que igualmente saca de su tiempo para asistir desde México. Ellos junto con el excelente personal de oficina, como Luz María Karg, nuestra gerente para América Latina, han creado una nueva visión para darle a ASQ muchos años más de impacto para la calidad y la excelencia del mundo. Y, repito una vez más, solamente podremos lograrlo si el valor de la membresía se da en las dos vías, ASQ es de valor para mí, y yo soy de valor para ASQ.
Terminó otro congreso mundial de la calidad. Muchos contactos, nuevas posibilidades, y hasta donde sea posible el compromiso de nuestra parte de seguir trabajando por mejorar el nivel de excelencia de nuestra región.