martes, abril 30

 En una de las actividades que tuve con PXS recuerdo que uno de mis compañeros mencionó el término “Golden boy” como todos aquellos muchachos que están iniciando su carrera profesional, que no cuentan con suficiente edad, que su experiencia es prácticamente nula pero que son brillantes y están ansiosos por demostrarlo.

  Recuerdo hace 5 años, cuando inicié en mi primer trabajo como Ingeniera Industrial, al llegar a la empresa conocí muchos ingenieros con experiencia, y yo, una muchacha de 21 años que venía saliendo de la universidad, con la cara delatándome como inexperta que aún no sabía cómo mi trabajo se iba a relacionar con lo que había estudiado. Quería hacer gráficos, montar métricas, crear planes de producción, hacer simulaciones, etc. Pero encontré que en la vida real las empresas tienen prioridades y algunas de ellas no tenían relación alguna con lo que yo había estudiado. No estaba desilusionada en lo absoluto, pero si estaba muy ansiosa por demostrarles a los demás que yo podía hacer lo que los otros ingenieros estaban haciendo. Yo quería hacerlo pero mi currículo profesional de un mes no me ayudaba.

  Un día, cinco meses después de estar en la empresa, descubrí que la Gerente General tenía una pasión por Lean Manufacturing y Six Sigma, pero la compañía aún no había comenzado ese camino. Por lo que caminando en el gemba y hablando con los dueños del proceso y los operarios entendí que ni siquiera tenían claros los problemas de la línea de producción a la que yo había sido asignada. Encontramos que había varios defectos que les afectaba mucho el costo del producto. Pero ¿cómo saber cuáles si ni siquiera se guardaban muestras o se contabilizaban?

  Fue entonces cuando le pedí permiso a mi jefe para montar una pizarra que nos permitiera contabilizar el scrap y comenzar a conocer los defectos. Aún guardo la foto del día que la preparé.

Kassandra

  Fue mucha la emoción de que me aceptaran una idea que yo había propuesto, pero más emoción sentí cuando la Gerente General entró al cuarto de producción a ver la pizarra que “la nueva” había hecho. Mi sorpresa es que le gustó tanto que pudimos a partir de esta idea iniciar un proyecto que nos permitió reducir y controlar el mayor defecto, y obtuvimos una reducción de costos de más de $100000 anuales. Me sentí ese “golden boy” que podía hacer lo que siempre había querido. Cinco años después, las pizarras se encuentran en todos los cuartos de producción con distintas variaciones y mejoras que han hecho otros ingenieros.

  Fue así como un día decidí que la mejora continua era el camino que quería tomar. Empecé en PXS con el curso de preparación para la certificación Green Belt y no pude parar. El día de hoy hasta he podido instruir a otras personas en este maravilloso camino de la mejora continua.

  Pero un “golden boy” no solo es aquel que viene saliendo de la universidad, es la persona que no ha finalizado sus estudios pero que sabe que puede dar ideas y trabajarlas para mejorar un proceso o producto, es la persona que ha trabajado años de años en un departamento y ahora se dio cuenta que quiere ser más que eso y ser un profesional de la mejora continua. Si usted es esa persona la buena noticia es que no es el único. Todos tenemos ese “golden boy” por dentro pero algunos no se han animado a desarrollarlo.

Lo invito a compartirnos su caso para que podamos guiarlo en este camino que usted ha decidido tomar.

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Licenciada en Ingeniería en Producción Industrial del Instituto Tecnológico de Costa Rica. Miembro de la American Society for Quality (ASQ), Six Sigma Green Belt y Certificada Six Sigma Black Belt con 5 años de experiencia profesional en el área de calidad en industria médica como Ingeniera de Manufactura, Ingeniera de Calidad, Ingeniera de Suplidores y Supervisora de Calidad. Instructora en temas de Mejora Continua y apasionada de Lean Manufacturing. Entusiasta del aprendizaje sencillo, dinámico y aplicable para todos.

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